La hematuria es un síntoma que consiste en orinar sangre. El origen del sangrado se puede encontrar en algún punto de la vía urinaria, es decir, se debe buscar una causa desde el riñón hasta la uretra. El color de una orina hematúrica puede tener distintas tonalidades, básicamente puede ser de color rosada como el “vino rosado” o de color negro similar al “vino tinto”. También puede ir asociada a la expulsión de coágulos de sangre, estos pueden llegar a obstruir la salida de la orina al exterior y precisar la colocación de una sonda vesical.
Las principales causas son: infecciones urinarias, litiasis, traumatismos, agrandamiento prostático benigno, cáncer de próstata, cáncer de vejiga, cáncer renal, etc. De hecho, el principal síntoma del cáncer de vejiga es la presencia de sangre en la orina. En un reciente estudio realizado en el Hospital de Cabueñes sobre la población de Gijón, 1 de cada 4 pacientes que referían sangrado urinario tenían un tumor vesical, por lo que cualquier persona que presente hematuria debería ser valorada por un urólogo.
Por todo ello, se debe realizar un estudio con analítica completa, sedimento y urinocultivo, y ecografía abdominal. Además es importante la realización de una cistoscopia para la evaluación directa de la vejiga. La cistoscopia es una prueba diagnóstica que consiste en introducir una cámara de pequeño calibre al interior de la vejiga para explorar las vías urinarias bajas. Es la prueba más sensible para la detección de tumores vesicales y se recomienda realizar a los pacientes que presenten hematuria.